"I hate to go to bed, I hate to get up and I hate to be alone"

miércoles, 2 de noviembre de 2011

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al final no escribí nada de la nieve.

el viaje arrancó mal, con mi hermano llegando tarde, yo puteando y llorando, amargada y enojada: hacer 17 horas de un tirón buenos aires-bariloche no era mi idea de viaje. al llegar la recompensa: un bife de chorizo, una bandeja de papas fritas, un botella de vino tinto y la promesa de una cama caliente no más subir la montaña. la ciudad cenicienta y el hotel enorme con sus cabezas de renos y esqueletos de ciervos, casi vacío en la peor temporada en muchísimo tiempo.

al otro día fuimos a esquiar, solos mi hermano y yo. me subió directo en la cuadruple y lo puteé como lo puteaba a mi papá cuando me metía en pistas negras, pero un poco más. me convertí en una persona terriblemente miedosa. una caída es fractura expuesta, una muñeca quebrada, un esguince como mínimo. esquié horrible, trabada, echándole la culpa a la nieve sopa, al tiempo, al equipo que había alquilado de apuro. después me colgué viendo a una chicas, no tendrían más de 12 años y esquiaban muy bien, pero también se caían. y era cuando mejor la pasaban. caerse era la parte divertida de esquiar. traté de imitarlas, fluir en la montaña, soltar el cuerpo, no creo que lo haya logrado ni por un minuto.

pasaron otras cosas después.

casi todas las tardes cuando volvíamos de esquiar tomabamos jugo de naranja, nos hacíamos unos tostados o unas galletitas con paté mientras afuera caía agua nieve y poníámos la ropa a secar en las estufas o sobre el piso. comer con hambre justificada, hambre de verdad, hambre de acabo de bajar dos kilos y llevar el cuerpo hasta el agotamiento. ese hambre.

algunas noches también íbamos un rato a asarnos al sauna o a la pileta. la pileta está dividida en dos: la mitad adentro del hotel y la otra mitad -tenés que sumergirte y pasar debajo de un tabique de madera- al aire libre.

recostarse en uno de los bordes, la espalda contra el chorro de agua caliente, pasarse pedazos de hielo por todo el cuerpo y meterse de nuevo corriendo, el cerro iluminado por los foquitos de las máquinas que de noche aplastan la nieve, la luna grande, el ritual de apareamiento, las nubes de vapor tapando las caras.

esta canción.
renata riendose.
los guantes azules.
el diploma de esquiadora.
una novela de coetzee.
el pac-land.
un teléfono inteligente sin batería
el parte diario
el reno arriba del fuego.
la siesta de las 8 de las noche.